Friday, August 15, 2014

Tres años a rebufo de Honda


Hace poco menos de un año Jorge Lorenzo pedía socorro a voz en grito, reclamaba novedades en su moto, alguna innovación que le empujara un poco en su intento de cazar a Márquez. “No me preocupan tanto los circuitos como la capacidad de Yamaha para ofrecernos las mejoras que nos ayuden a terminar la temporada siendo competitivos. El tiempo no corre a nuestro favor”, decía el piloto español precisamente en Brno. Unas declaraciones que bien podría suscribir este fin de semana. Él vuelve a sentirse competitivo, pero le falta la tecnología. Como en 2013. Entonces acababa de probar el seamless desarrollado por Yamaha –un intento de copia de la pieza de HRC, un cambio de marchas innovador para engranar marchas sin embrague–, pero todavía no le dejaban utilizarlo. Cuestiones de seguridad, decían. Lo estrenó en septiembre, en Misano. Y, casualidad o no, ganó la carrera. Llegó a Valencia con opciones matemáticas de lograr el campeonato. Claro que los 35 puntos que le separaban entonces de Márquez, no son los 133 que le alejan ahora del líder. Si bien, tanto su objetivo como el de su compañero Rossi, sigue siendo empezar por ganarle a aquel alguna carrera. Y para eso, apuntan, necesitan más armas.


Ocurre, sin embargo, que la fábrica de los diapasones sigue a rebufo de Honda desde que la casa rival incorporara su seamless a mediados de la temporada 2011 para revolucionar el funcionamiento de su moto. No se esconde Tsuji-san, líder del proyecto de la Yamaha M1 de MotoGP. Sus pilotos siempre se escudan en que su moto es inferior a la Honda, ¿está de acuerdo?, le preguntaron. “Honestamente, sí. Nuestra máquina todavía está por detrás de la Honda”, respondió sin inmutarse. La fábrica de Iwata, que llegó a dominar la pista hasta el 2010, lleva tres años perdida. Ni su cambio de marchas es como el de su rival, ni encuentra la manera de reducir las distancias en la pista: “Intentamos que nuestro seamless tuviera también la función de reducir marchas sin embrague, pero nos está costando mucho desarrollarlo para que así sea”, admitió.



Se ha ido acercando la M1 a la RC213V de Honda desde que empezara la temporada. “Como se vio en Indianápolis, no estamos tan lejos, hemos mejorado la moto, pero necesitamos algo más”, apuntaba Lorenzo ayer, cuando se quedó solo a 37 milésimas de segundo de Márquez. Coincide Rossi: “Yamaha ha trabajado muy duro para lograr una mejor aceleración. Ahora nuestra moto es muy rápida, tenemos una velocidad punta muy buena. Además, hicieron un gran trabajo con el seamless, la caja de cambios nos ayuda en aceleración, pero no podemos reducir sin embrague y eso nos perjudica en las frenadas”, aclaraba. También él espera probar cuanto antes ese sistema que le permita atacar las curvas con más confianza y celeridad. “Ellos (dice Lorenzo en referencia a Márquez y Pedrosa) llegan a la curva con una facilidad pasmosa, frenan más tarde y entran a gran velocidad; puede que sean unos monstruos, pero a mi no me lo parece, lo que creo es que mi moto no me permite hacer eso”.



“Nosotros nunca nos rendimos. Siempre intentamos poner algo nuevo para que nuestros pilotos puedan reducir distancias con los rivales. Pero no será un cambio radical”, explicaba Tsuji-san. Hace un año se sacaron de la manga un nuevo cambio de marchas. Ahora sus pilotos esperan ver la revolución completa con un sistema de reducción sin embrague como el de Honda. De momento en el test que se celebrará el lunes también en Brno probarán, que se sepa, un nuevo chasis. Y, mientras tanto, el líder saca pecho: “Puede que la Honda esté un pelín por delante, pero no existe la mejor moto, sino el mejor paquete de piloto y moto. La Honda es la mejor moto para mi estilo de pilotaje. Frente a la Yamaha recuperamos en frenada, pero, como se vio en Indy, se nos escapaban en los cambios de dirección”, añadía Márquez. Y sentenciaba: “Eso de la mejor moto es relativo”.




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